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Descargar ahoraNuestro protagonista de hoy, el Volkswagen Passat B5 (3BG), fue fruto de la colaboración entre Volkswagen y su filial Premium Audi. El Volkswagen Passat siempre ha sido uno de los vehículos más populares en la gama del fabricante alemán. La generación B5 del Passat se vendió desde el año 1997 hasta el año 2005. Cuando fue presentado en 1996 se recalcaron dos aspectos: el tamaño y su base compartida con el Audi A6, lo cual supuso cambiar su disposición transversal del motor.
Pongámonos en contexto: Nos ubicamos a principios del Siglo XXI, en la que el Grupo Volkswagen se encontraba en pleno mandato de Ferdinand Piëch, una época de gran auge económico en la que el ingeniero alemán soñaba con posicionar a la firma Volkswagen entre las marcas premium, dando lugar a modelos de altos vuelos como el fracasado pero impresionante Phaeton, el Touareg o la generación B5 del Passat, la cual siempre será recordada por su excelente calidad.
En la actualidad esto de compartir plataformas es bastante común, pero por entonces el reclamo de la plataforma a Audi dejaba bien claro las intenciones para el posicionamiento de la nueva berlina de Volkswagen. A día de hoy, al Passat B5 se le considera como uno de los mejores Volkswagen de las últimas décadas, gracias a una construcción robusta y unas calidades muy altas para la época, al contrario de sus sucesores están basados en la plataforma del Golf.
Hartmut Warkuβ, el hombre que dio vida a las líneas del Passat B5.
Sin ser rompedor, su diseño cambiaba drásticamente respecto a su predecesor tanto en la zaga como en la vista de perfil. Hartmut Warkuβ dotó al Passat de una silueta elegante, al mas puro estilo de las berlinas alemanas de representación. Un diseño es típicamente Volkswagen, mas bien atemporal, discreto, sin llantas grandes ni aditamentos que aparenten lo que no es. Todo en su diseño es absolutamente funcional. Como debe ser, por eso me gusta tanto.
En la oferta mecánica se encontraban varias opciones de propulsores tanto diésel como gasolina. Sin lugar a dudas, el incombustible 1.9 TDI en sus diferentes niveles de potencia se impuso como el más exitoso en ventas. Para aquellos que preferían un extra de potencia y refinamiento pero sin renunciar a las bajos consumos se ofrecía el 2.5 V6 TDI, con 150 o 180cv. Pero sin duda alguna, la oferta de motores de gasolina era de lo más variada, con los propulsores 1.6 y 1.8 atmosféricos para el acceso a la gama (posteriormente sustituidos por el 2.0), y ya entre las versiones más prestacionales se ubicaban los refinados 1.8T de 5 válvulas por cilindro y el atmosférico 2.8 V6. Ambos entregaban una excelente potencia pero pecaban de un consumo algo elevado.
Esquema del motor 1.8T de gasolina. Con inyección indirecta, cinco válvulas por cilindro y turbo de geometría fija. Se ofreció con 150 y 180cv. En la imagen se aprecia el logotipo de Audi puesto que exactamente el mismo bloque era montado en modelos de la marca, como el A4 o el A6.
Cabe hacer una mención especial a la variante más potente, denominada Passat W8, debido a su inédito propulsor de 4000cc y ocho cilindros en disposición de W. Entregaba 275cv y era capaz de pasar de 0 a 100 en solo 6,5 segundos. Estéticamente se distinguía de los demás Passat por sus cuatro salidas de escape y sus inscripciones W8 tanto en la calandra como en el portón trasero. Un auténtico “sleeper” capaz de humillar a más de un deportivo que se encontrase.
Esquema del Passat W8. Diferenciado del resto de versiones por sus escapes deportivos o sus llantas BBS.
Tres eran los acabados que componían la gama del Passat. Uno de acceso a gama denominado Confortline. Equipaba con Aire acondicionado (aunque la mayoría de los clientes lo equipaba con climatizador por 300€ adicionales), llantas 15″, sin cromados, sin espejo antideslumbrante, con las molduras negras y los asientos en tela. Por encima se encontraba el Advance, que añadía al Edition el pack de cromados exteriores, el climatizador digital, los asientos en velours, el reposabrazos central y el espejo fotosensible. La gama quedaba coronada por el Highline, el más alto de gama diseñado para competir de forma directa con su primo el Audi A6. Equipaba asientos deportivos en cuero nappa, molduras en madera de raíz de nogal, asientos calefactables y todos aquellos detalles que distinguían a un vehículo premium por aquel entonces.
Interior del Passat Highline
El catálogo de equipamiento opcional era amplio para estar hablando de un vehículo de principios de siglo. Ya en la fecha, se ofrecían faros de xenón, asientos eléctricos, techo panorámico, sistema de navegación vía satélite, cargador de 6CD, volante multifuncional, asistente de aparcamiento etc. Los más sibaritas, podían equipar un pack que sustituía el volante de serie por uno deportivo con segmentos de madera en combinación con el pomo del cambio, aunque era exclusivo del acabado Highline.
Sistema de radio-navegación VW MFD1. Era el equipo multimedia más avanzado que se podía equipar en el Passat B5.
En cuanto a los precios con los que nos encontrábamos en la época, cabe destacar que no destacaba por ofrecer unos precios económicos, pero sí competitivos respecto a sus rivales. La horquilla de precios arrancaba en unos 3.402.000 de las antiguas ptas. para el TDI de 90 cv con el acabado de acceso a gama (Edition). Las versiones Highline con los propulsores más potentes podían llegar a costar un máximo de 7.600.000 ptas. , lo que viene a ser unos 45.700 € al cambio.
Foto del presupuesto escrito por un comercial de la red de concesionarios en un catálogo de la época.
Personalmente, tengo la suerte de ser propietario de un Passat B5 1.8T Highline. Empecé a interesarme por los coches cuando era pequeño, tenía 6 años cuando me enamoré del Volkswagen Passat, cuando vi aparcado cerca de mi casa un Highline de color negro. La forma, sus dimensiones, el interior de cuero y la estética de este automóvil me parecieron increíbles. A partir de ese momento, me quedé fascinado. Supe que algún día tendría que tener uno propio.
Buscado por casualidad en portales de segunda mano, me encontré con un 1.8T con solo 27.000 km. Cumplía todas mis expectativas (manual y gasolina). Inmediatamente contacté con el propietario y lo que me contó sonaba bien.
Desde entonces, soy feliz cada vez que arranco y conduzco mi coche. Si me preguntan por su potencia, respondería con que tiene la suficiente, es uno de los diseños que aun conserva algo de aquel espíritu premium de Volkswagen de principios de siglo. Me gusta que pase desapercibido, siempre he pensado que determinados coches deben aparentar menos de lo que realmente son, y este lo hace, es una berlina sencilla pero con pequeño motor de gasolina bajo el capó. Si lo estiras, es un motor de giro tan equilibrado que nunca parece que vaya forzado. El tacto es tipicamente Volkswagen: un cambio preciso con la dureza justa y unos pedales bien situados. Pocas berlinas actuales pueden disfrutarse con mecánica de gasolina y cambio manual, ya todo es cambio secuencial, downsizing y diesel.
Para mi es un pequeño lujo arrancar cada mañana este coche, y con eso basta. No es caro ni es ostentoso. Para tener mi garaje perfecto, debería compartirlo con un Porsche 911 y quizás algunos juguetes más, pero es algo que quizás llegue algún día.
Motor 1.8T con solo 30.000 km |
Víctor García Pérez