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Descargar ahoraDurante la década de los 80, el automovilismo británico se encontraba inmerso en una crisis la cual sirvió para que empresas europeas y americanas se aprovechasen adquiriendo marcas inglesas a un bajo coste. De ahí que BMW se apropiase de la gran mayoría, (actualmente solo conserva Rolls Royce y Mini), entre todas aquellas marcas se encontraba Jaguar, la cual en 1984 se separaba de la British Motor Corporation para operar en el mercado de valores como una marca independiente, momento en el que fue adquirida por la firma bávara y mas adelante puesta en manos de Ford, dentro del grupo conocido como Premier Automotive Group, una división de la Ford Motor Company que combinaba los negocios de sus marcas de automóviles de lujo, especialmente las europeas
Llegados los años 90, Ford tenía la labor de hacer de Jaguar una marca competitiva y que recuperase el esplendor perdido durante los últimos años en la nombrada British Motor Corporation. Tras la renovación del XJ con su nueva generación X300 y el lanzamiento de su nuevo gran turismo, el XK8 era hora de sacar al mercado una berlina más compacta y dinámica que el XJ, pero sin que perdiese un ápice de esencia británica con la que competir con sus rivales, aquellos que se estaban llevando una gran parte de un mercado “premium” en auge, dominado por la tecnología que estaban incorporando los últimos modelos de BMW, Audi y Mercedes-Benz. Jaguar no quería perder bocado, por lo que comenzó a desarrollar el S-Type, para tenerlo listo para el Birmingham Motor Show celebrado en 1998. El S-Type estaba construido sobre una plataforma de motor longitudinal y tracción trasera, al más puro estilo de la marca (Las cosas empezaron a cambiar más adelante con la polémica de su hermano pequeño el X-Type)
Geroff Lawson, diseñador que dio vida a S-Type junto con otros modelos de la firma británica
De su diseño se encargaría el británico Geroff Lawson, Jaguar estaba buscando una berlina con una marcada esencia británica, pero que al mismo tiempo mantuviese un corte deportivo que lo diferenciase de su hermano mayor. Para ello apostaron por rendirle homenaje al vehículo del cual heredaba el nombre, el Jaguar S-Type fabricado durante los años 1963 y 1968, una elegante berlina de la época dorada del automovilismo inglés. Las proporciones del S-Type eran impresionantes, y no dejaban indiferente a nadie. En sus casi 4,9m de longitud destacaba un capó prominente, que se conjugaba con el diseño redondeado de la calandra y las cuatro ópticas presidiendo el frontal al mas puro estilo anglosajón. La línea lateral era esbelta y elegante, y el diseño final concluía con una marcada caída de techo, que terminaba en un largo y elegante tercer volumen.
Está claro que existen opiniones de todo tipo, probablemente mi pasión personal hacia el automóvil británico hace que el Jaguar S-Type se encuentre en mi lista de diseños favoritos. Es un vehículo que merece pararse a observar, las proporciones son perfectas, Geroff Lawson supo combinar a la perfección el buen gusto británico con la imagen deportiva.
Nada mas abrir la puerta del conductor la sensación es la de encontrarte en un auténtico “club de caballeros”. Jaguar debe su renombre a la artesanía y a una calidad sin compromisos. Es algo que se ve y se siente en la tapicería, realizada exclusivamente en la piel más selecta, y en las inserciones en madera, escogidas y trabajadas por artesanos que llevan décadas perfeccionando su arte para la firma del felino.
La alta calidad de los materiales se combinaba con un diseño algo sobrio del interior, diseño el cual Jaguar fue modificando a lo largo de sus dos lavados de cara, el primero en 2002 y el segundo en 2006.
El equipamiento era muy destacado y poco común para la época. Contaba con asientos y volante con regulación eléctrica, faros de xenón con encendido automático, asistente de aparcamiento delantero y trasero, cargador de 6 cd,s, telefonía entre otros equipamientos novedosos.
La gama mecánica se componía inicialmente por mecánicas de gasolina de cuatro válvulas por cilindro asociadas a una caja de cambios manual de cinco velocidades o una automática de seis): un V6 de 2.5 litros y 200 CV, un V6 de 3.0 litros y 249 CV, un V8 de 4.0 litros y 280 CV, un V8 de 4.2 litros atmosférico de 298 CV o con compresor volumétrico de 396 CV. Esta último propulsor era equipado por la versión de altas prestaciones S-Type R, la cual se había desarrollado para plantarle cara a su rival directo: el BMW M5 E39.
Presentación del Jaguar S-Type R (2005)
En 2002 el Jaguar S-Type recibió un primer restyling que modificaba el aspecto de su interior el cual había sido criticado por varios medios de comunicación. El nuevo interior mantenía grandes similitudes con el del recién presentado X-Type, y como novedad incorporaba un sistema de navegación con pantalla táctil que supuso un gran avance en la época. Más adelante, en el 2004 recibió otro facelift que modificaba ligeramente su aspecto exterior, con un nuevo diseño de la zaga, nuevas óptimas y mejoras de equipamiento, aunque la principal novedad era un nuevo e inédito propulsor que no se había visto previamente en la marca: se trataba de un motor de ciclo diésel, un 2.7 HDI de origen PSA, fruto de las sinergias entre Ford y Peugeot. Las recriminaciones no tardaron en llegar por los mas puristas de la marca anglosajona. Sin embargo, este nuevo motor diésel fue el más vendido por sus bajos consumos. Cabe destacar, que la fiabilidad no fue su punto fuerte.
El Jaguar S-Type es un vehículo con una buena dinámica en relación con sus rivales de la época, esto es debido en parte a su tracción trasera, aunque el peso de sus motores condiciona la dinámica. No tiene la agilidad que tenía en su época su principal rival, el BMW Serie 5 E39, aunque si supera en agilidad a un Audi A6 C5 y a un Mercedes-Benz Clase E W210. En el S-Type todo es muy suave, es menos neutro en reacciones de lo que parece. El tacto de la dirección es suave e invita al confort al igual que sus suspensiones. El motor de tres litros (unidad que he conducido) empuja con decisión, con un sonido angelical por encima de las 3000 vueltas. El cambio manual es sin duda la mejor opción, puesto que nos permite estirar más el motor atmosférico. Su hábitat natural son las vias rápidas y autopistas, aunque me soprendió gratamente en carreteras reviradas, mostrando buen fílim y balanceos bastante aceptables. ¿Tengo que quedarme con algo? El sonido de su motor.
Jaguar S-Type 2004. (Detalle de los escapes apuntando hacia abajo, exclusivo en la versión diésel)
Ya en 2008 esta berlina fue sustituida por el Jaguar XF, otro concepto de vehículo que estrenaba un lenguaje de diseño que iniciaba el camino hacia la transición de la marca británica que concluye en los modelos actuales, un camino para algunos de modernización, para otros de pérdida de carácter.
El Jaguar S-Type 3.0 V6 del escritor español Camilo José Cela. Actualmente expuesto en el Museo del Automóvil de Salamanca.
Víctor García Pérez