Descarga nuestra nueva aplicación para disfrutar de más funcionalidades y mejor rendimiento.
Descargar ahoraHoy volvemos a remontarnos a principios de la década de los 90, en medio de la reunificación de Alemania, y mientras el mundo cambiaba su orden establecido hasta entonces, Audi consiguió unas cifras de negocio récord en el 1991, momento en que Audi estaba buscando un sustituto para su exitoso y polifacético Audi 80.
Muchas opciones se contemplaban para hacer frente a unos duros rivales, el BMW Serie 3 E36 y el recién presentado Mercedes-Benz Clase C W202. En 1994, ya con Ferdinand Piech en la directiva del Grupo Volkswagen, la firma de Ingolstad presentaba su buque insignia, el Audi A8 D2 (vehículo con el que Audi estrenó la actual nomenclatura) con el que pretendía dar un puñetazo sobre la mesa y demostrarles a sus rivales lo que era capaz de hacer, se contempló como el primer coche del mundo construido totalmente en aluminio. Esta característica supuso una ventaja ante sus contrincantes, debido a una mejor dinámica y a una rigidez espectacular.
Unos pocos meses más tarde del Audi A8 y ya con el Audi A6 C4 en el mercado se presentó el A4. Se trataba de una berlina compacta que poseía todas las virtudes que triunfaron en el Audi 80 (calidad y dinamismo), aunque con un arsenal de novedades tecnológicas y un diseño innovador por aquel entonces. Se construía sobre una nueva e innovadora plataforma que más adelante daría vida a otros modelos del Grupo Volkswagen.
El diseño del vehículo fue de la mano de Chris Bird y Dirk van Braeckel, apostando por un aspecto innovador que primaba la sencillez y la belleza de las líneas rectas, tomando por referencia el lenguaje de diseño estrenado por el Audi A8. El objetivo era dotar al A4 de una imagen más dinámica, al estilo de su predecesor el Audi 80.
El interior era otra de sus virtudes. La alta calidad se antepuso de nuevo, y estrenó un diseño que se mantuvo muy bien con el paso del tiempo. En el nuevo habitáculo destacaban las líneas rectas y la simplicidad en combinación con materiales de alta calidad. Se ofrecían múltiples opciones para la personalización del habitáculo: desde tejidos de alta calidad hasta materiales como el “Cuero Buffalino”, disponible en múltiples colores o la Alcántara. También se podía combinar con inserciones en maderas nobles como la raíz de nogal o la madera de vavona. Como buen fabricante premium, entre el equipamiento opcional más exclusivo se ofrecían unos impresionantes asientos deportivos firmados por RECARO y un volante de madera de cerezo fabricado por el prestigioso fabricante italiano Nardi Torino. Solo aquellos compradores más acaudalados equipaban su A4 con estas opciones, puesto que la factura se veía muy incrementada superando con creces el precio base de su hermano mayor el A6.
El A4 estaba disponible con el equipamiento propio de los vehículos más equipados por aquel entonces, que incluía el climatizador automático, asientos eléctricos y calefactables y un sistema de audio BOSE. También fue pionero en incluir sistema de navegación por GPS con pantalla a color. Su carga tecnológica era tan avanzada que incorporaba equipamiento como los faros de xenón o incluso ordenador de abordo con pantalla FIS. Detalles que solo habíamos visto en el Audi A8.
Se ofreció en diferentes niveles de acabados: el Advance para el acceso a gama y los superiores Ambition y Ambiente, el primero destacaba por una imagen más señorial y elegante mientras que el segundo se caracterizaba por un ligero toque dinámico y deportivo.
La gama mecánica se confirmaba por motores diésel y gasolina de cuatro y seis cilindros con versiones de tracción delantera e integral Quattro. Los motores de gasolina eran un 1.6 y 1.8 atmosféricos para el acceso a gama, ya en potencias superiores se encontraban un 1.8 Turbo de cinco válvulas por cilindro y en las potencias más altas tres atmosféricos de seis cilindros: un 2.4, 2.6 y 2.8. Las versiones más prestacionales S4 y RS4 compartían un 2.7 de cilindrada, con cinco válvulas por cilindro, dos turbocompresores y una potencia de 265cv para el S4, para el RS4, gracias a una preparación de Cosworth la potencia se elevaba hasta unos más que respetables 380 cv. Las mecánicas diésel giraban en torno a los bloques 1.9 TDI en versiones de 90, 110 y 115cv. La versión de gasóleo más alta de gama la conformaba el bloque 2.5 V6 TDI con 150cv. Se ofrecían transmisiones manuales y automática, incluyendo la revolucionaria Tiptronic heredada directamente de Porsche, la cual había sido estrenada en el 968.
En el Salón del Automóvil de Fráncfort de 1997 se presentó el rediseño de este modelo, que saldría al mercado en 1998. Ahora estrenaba una imagen más moderna acorde al nuevo milenio.
Las nuevas formas del Audi A4 habían despertado opiniones enfrentadas: continuista y adaptado a las nuevas tendencias para algunos, banal y aburrido para otros tantos. La quinta generación del mito de Audi rompía con lo establecido en sus generaciones anteriores, llegamos a la conclusión de que el Audi A4 B5 fue un coche con más luces que sombras, un apetitoso bocado aunque muy caro para los paladares españoles.
Víctor García Pérez